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Esta obra pertenece a la Serie 50. Obra mosaico de piezas intercambiables. Metáfora de la individualidad en el colectivo. Cada vida afecta a la humanidad en su conjunto, en este contexto, cada pieza con lo que representa a nivel conceptual, formal y estético afecta al conjunto de la obra, es única y al mismo tiempo parte de un todo. El hilo conductor y aglutinante del mosaico es la técnica y el material del que está hecho, haciendo referencia a lo que nos diferencia y nos une como seres vivos. Buscamos encajar en el mosaico de la vida con la nuestra y buscamos el amor que nos dignifica en este recorrido. Muchas veces mi vida es un acto de supervivencia egoísta pero otros, cuando soy capaz de olvidarme de mí misma y dejo que algo que desconozco guíe mis actos, me convierto en una pieza con sentido dentro de un gran engranaje que me trasciende. Pintar es una búsqueda, una aventura llena de misterios que se desvelan paso a paso. El objetivo al realizar esta obra ha sido dejar que este misterio se exprese libremente, que la pintura hable por sí misma, en un intento de ir más allá de mi voz personal. Un homenaje al acto de pintar, 30 años evocados en piezas de 30x30cm. Una serie donde confluyen figuración y abstracción, dando cabida a todo los lenguajes que conozco. Técnica: Obra realizada sobre madera con tinta ferrotánica, sulfato de hierro, tanino, pigmentos, lápiz, carboncillo, papel de seda y fijador. Me gusta experimentar continuamente en los procesos de creación aunque los materiales sean los mismos los combino de forma distinta y única en cada obra.