Slim 32 Guitarist Painting

Yosmar Álvarez Hernández nacido en Gibara pueblo costero de la región norte oriental de Cuba llamado la Villa Blanca en ese frío amanecer de invierno del 24 de Noviembre de 1977 siendo alcanzado por olores a salitre y pescados en la provincia Holguín. De familia humilde de campesinos o como decimos tiernamente de guajiros cubanos, fui creciendo desde pequeño con esa bonita sensación de aspirar las impresiones de la campiña cubana a través de las costumbres de los abuelos Nino y de Nina con esa calidez e incomparable amor me permitieron disfrutar de un entorno rodeado de colores ; imposible de disimular eran los cerdos, gallinas , caballos ,vacas, pajaros. Con esa hermosa vista al fondo de la casa donde sucedian los amaneceres naciendo el sol de al lado del Cerro de Primitivo como si estuviera recostado a su hombro. Tal es la aprensión por ese entorno de campo que me hace recordar a mis abuelos con sumo placer rodeandome en las mañanas entre el humo del fogón de leña mezclados con los aromas del café y la leche recién ordeñada de las vacas en el Palmarito y con la ternura a la caida de esa moneda dorada del cielo llamado sol en la frescura de la lluvia y los olores de la tierra mojada: cuentos, dichos, historias y sueños que nos hacen viajar en el tiempo; sabiendo que nos movemos y vivimos con la bendición del Altisimo porque sabemos que entre los viajes de tantos naufragios tocaremos puerto seguro con esa pequeña maleta de la cual asoma ese trozo de lienzo, un puñado de pinceles y ese grato olor del óleo-trementina como si fuese esa confitura deseable con el té en donde se asoma ese pequeño pero visible rayo de luz que traspasa el terrado bañando esos frescos azahares. Y como dice Andy Warhol: La gente debe enamorarse con los ojos cerrados. Solo cierra los ojos. No veas y será mágico.