TENGO MUCHO SUEÑO, DEJAME DORMIR Painting

Una historia entre dos mundos

 Las personas que conectan con mis cuadros tienen un lado infantil muy desarrollado. Conectan con su niño interior, con la simplicidad de los trazos, con los colores, con las formas casi infantiles. 
Me ha costado mucho romper mis parámetros de hacerlo todo perfecto para conectar con un diseño más infantil. Qué difícil es eso. Donde los colores fluyen sin orden estigmatizado pero que en su contexto general forma una armonía.
 Todo está en movimiento y mis cuadros también. Sin una estructura concreta sino que flexible asumiendo diferentes tipos de materiales y objetos que vengan en mi imaginación.

 Este proyecto no es una sentencia de estilo. Cambio, me gusta cambiar, me encanta no ser estática, y eso es una liberación de mi niña interior. La he dejado volar libre y cuando consigues esa conexión con tu ser más puro, tu ser más infantil, sin perjuicios ni juicios, dejando tu ego de lado y hablando con amor hacía tu arte, hacía ti misma, te das cuenta de que tienes un universo de belleza dentro de ti que había estado encerrado en un frasco de cristal gritando a voces querer salir. 

Tantas veces he probado hacer lo correcto para los demás, sin éxito… y eso sólo me causaba una grandísima frustración porque entendí que el respeto hacía mi empieza con el amor hacía mi. Ese mismo amor que me hace validar cada día lo que soy y lo que siento, y es cuando rompí con ese frasco de cristal y dejé volar a mi ser.